domingo, octubre 03, 2010

De la fotografía

 

hay fondos que mueren en el mismo momento de la obturación, y ni si quiera su registro eterno en la película, el archivo, o la copia ampliada o impresa logran darle vida ad infinitum.

La sencillez al mantener el fondo dentro del contexto valido de aquello que se fotografía es la síntesis exacta de la mente actuando a través de la duración de la obturación; El fotógrafo se anima así mismo a la quietud que representa cualquier fracción fotográfica en la eternidad de la vida, es por esto que, puedo decir que aquella quietud representa un instante de meditación eterno en la vida tan acelerada que llevamos hoy en día.

aquí es donde radica aquella magia que percibe un espectador, al estar frente al marco y buscar a través de su historia un instante similar a aquel que en ese pequeño o gran formato se le muestra ante sí, con inmensa quietud. Descubrimos allí los sueños o apatías, propias o ajenas que llevaron a un ser a decirle a todos los ojos, que esto que aquí les muestro ha de ser contemplado, devorado, rumiado, examinado, exaltado, o en el caso de un mal fondo, olvidado o tenido en cuenta para repetir.
es una foto la propia chispa que anima a otro fotógrafo a realizar sus propias fotos, sea por imitación, por seguir una línea, por crear su lenguaje, o por ir hacer algo mejor por un fondo mal visto, que no fue meditado, y no dejar entonces, que ese fondo sea enterrado en un instante, "porque ya eso lo hemos visto" como dirían los galeristas

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