domingo, octubre 03, 2010

De la fotografía

 

hay fondos que mueren en el mismo momento de la obturación, y ni si quiera su registro eterno en la película, el archivo, o la copia ampliada o impresa logran darle vida ad infinitum.

La sencillez al mantener el fondo dentro del contexto valido de aquello que se fotografía es la síntesis exacta de la mente actuando a través de la duración de la obturación; El fotógrafo se anima así mismo a la quietud que representa cualquier fracción fotográfica en la eternidad de la vida, es por esto que, puedo decir que aquella quietud representa un instante de meditación eterno en la vida tan acelerada que llevamos hoy en día.

aquí es donde radica aquella magia que percibe un espectador, al estar frente al marco y buscar a través de su historia un instante similar a aquel que en ese pequeño o gran formato se le muestra ante sí, con inmensa quietud. Descubrimos allí los sueños o apatías, propias o ajenas que llevaron a un ser a decirle a todos los ojos, que esto que aquí les muestro ha de ser contemplado, devorado, rumiado, examinado, exaltado, o en el caso de un mal fondo, olvidado o tenido en cuenta para repetir.
es una foto la propia chispa que anima a otro fotógrafo a realizar sus propias fotos, sea por imitación, por seguir una línea, por crear su lenguaje, o por ir hacer algo mejor por un fondo mal visto, que no fue meditado, y no dejar entonces, que ese fondo sea enterrado en un instante, "porque ya eso lo hemos visto" como dirían los galeristas

lunes, septiembre 20, 2010

Cuidado: Una serie Fotográfica nunca termina

¿para qué hablar de las series fotográficas, si una misma secuencia dice más de la cuenta que una sola fotografía?, o por qué a veces “evitamos” –y me incluyo- el texto de una exposición por la premura de ir a la imagen o la sucesión de imágenes que ansia ser vista en su eterna espera colgada en la pared, y es que, es eterno para una imagen de 1/60 de segundo esperar un mes o mas para ser descolgada o apreciada; haya o no sido comprada… para solo volver al texto, generalmente.

Una vez se toma la decisión de iniciar una serie ya pensada o aquella que surge de repente en un evento, que sabemos por experiencia es una identidad fotográfica –léase serie- que podemos encontrar a menudo, querremos que llegue el momento de obturar la cámara cada vez que se nos da el chance para asomar ese momento donde sentimos que hemos terminado; Hay veces cuando tocamos tan mágico instrumento, nos sentimos arroyados por aquel pensamiento…”la serie, hay que trabajarle”…. casi al punto de transformarnos en un ser obtuso e idéntico fotográficamente. Así mismo si ya has empezado una serie, por más que la hayas terminado o no –y si no lo has hecho detén tu lectura y ve a pensar una serie y empieza de una vez por todas- ese “lastre conceptual” no será más que una compañía eterna, hasta el fin de tus días, y no solo a la muerte de la cámara. Será inaudito entonces, no querer sacar un instante para la fotografía y asi registrar esa identidad fotográfica del pasado que has creado para tu deleite y muy seguramente para el de muchos ojos. Muy probablemente un día no tendrás la cámara contigo y solo entonces los demás te pueden redimir de tal acontecimiento, pero tu si sentirás esa espina de haber dicho, debí sacar la cámara hoy.

Si bien es cierto que a menudo esta ultima  situación sucede por doquier y a veces carecemos de una cámara, cuando le tenemos es imperdonable, repito, pensar la imagen con la blancura de Minor White, que ésta aparezca  y no saquemos el instante para la foto, repito. nuestra cámara puede llegar a revelarse, en sentido antagónico de una copia bien hecha. Y a veces una misma película tiene más de una fotografía my parecida sino igual a la anterior, repito.

Una serie entonces no termina, y se convierte, más que en un peso, en un alivio para aquel fotógrafo ávido de imágenes y de espacio tanto mental como fisico para generar y a su vez guardar esa identidad fotográfica que ha creado para el mundo, pero sobre todo para el disfrute del maravilloso acto que es tomar una fotografía.

miércoles, agosto 11, 2010

Lecciones de fotografía tormentosa

Si en la antigüedad, quizá antes de inventarse la fotografía o por los mismos tiempos de Daguerre o su contraparte en Brasil, la letra con sangre entra por metonimia puedo decir que la fotografía con luz se vela. Y es que perder una foto es algo muy triste para un fotógrafo o que se manifieste el primero que diga que no haya perdido una foto, de aquellas que dependen del azar, por estar viendo algo en el visor, cuadrando la exposición, o sencillamente esperando quién sabe qué.

Hoy fui víctima del ardid fotográfico durante la majestuosa faena de la fugaz y poderosa luz de una tormenta que se paseó campante por las calles de barranquilla, y es que aquí durante gran parte del año, no sólo los cumbiamberos se toman las calles, también las tormentas y a paso de puya acelerada o mapalé erótico danzan sus aguas recorriendo las fuertes lozas de concreto y cómo decía un taxista el otro día “yo le dije a la pareja , que por cierto no era de aquí,  que el arroyo viene por una calle y ran! cruza por una carrera y luego zaz coge otra calle…el arroyo cruza, sí señor!” y cruzando de un lado a otro.

Y no es tanto que se vele por la luz per sé, por aquello del avance monstruoso y despiadado de lo digital, sino que el hecho de escoger un momento para hacer algo mientras un rayo cae frente a tu lente, y no estar la cámara obturada, puede hacerte pasar la noche en vela, por intentar dejar plasmada esa pasión por la luz en un pequeño hilo de haluros de plata que se ha trazado en el cielo y por ende en el papel fotográfico.

Compartiré entonces mis errores para que ustedes no los comentan si un día quieren sacar una buena foto de un rayo; según mi experiencia de hoy, lo primero que se debe hacer es llegar al sitio con la cámara en trípode, encendida y lista casi para ponerla como caiga a obturar –primera foto perdida mientras acomodaba el trípode- pues cabe la posibilidad que tu lente apunte a donde va a caer un rayo, y por lento como yo, no hayas presionado el obturador.

Por otro lado, la exposición de la cámara, es recomendable usarla un paso y medio o dos pasos por debajo de la exposición de zona V (léase zona cinco) que registra el exposímetro de la cámara; estaba haciendo fotos de noche, y bien! obtuve una foto de día un cielo de un color celeste palido pero hermoso, más esa no era la intención.

tercera foto perdida, rencuadrando un milímetro en cámara, cuando hoy se puede hacer en cualquier programa decente de edición, vi caer un rayo del grueso de una palmera, justo al borde del perfil de un edificio, ya les ilustrare con una foto, Estuve a punto de claudicar. Hay que tener en cuenta que a simple vista el dónde caerá un rayo, es algo azaroso, pero pude deducir, que un cumulo de nubes que tenga una buena concentración de pequeños Zeus traviesos, se desplazara en la dirección de la tormenta al menos, 2 marcas horarias o tres (como los militares “ enemigo a mis tres”) de 30 minutos a una hora, y lo supe cuando se me agotó la paciencia y cambie de encuadre una, dos y una tercera vez y ver correr los rayos sobre los encuadres que había hecho, en el mismo orden cuando ya estaba en mi ultima dirección de encuadre.


desear fervientemente es una opción que no está de más, eso si no lo apunten a ustedes, yo no me responsabilizo por alguna falla natural, es importante estar a buen resguardo y en sitios donde si llegase a caer un rayo cerca, existiese polo a tierra o la posibilidad que la energía sea conducida a tierra por algún camino que no sea uno. Eso si el rayo de tierra a cielo, será difícil saber dónde ubicarse.

aprendí mi lección, con 3 fotos perdidas, donde el encuadre tenia justo el espacio de cielo para haber sido llenados con los rayos que cayeron frente a la cámara, ah! qué las tengo en mi memoria física pero no es digital aun ni puedo usar mis ojos como ampliadora sobre un hermoso papel blanco que quemará algunos haluros de plata y otros los dejará correr tras su baño en el revelador.

tengan en cuenta cualquier consejo, o cualquier intuición de sentido común y a diferencia mía, ¡no velarán una noche de aquellas que se puede pasar de manera deliciosa en el cuarto oscuro!

viernes, agosto 06, 2010

Explorando los silencios

Tras un silencio todo…

Puede empeorar o ser un rotundo éxito pero definitivamente no un punto medio.
Aquí entre letras hayas un punto seguido, punto y coma, coma, punto final y nunca un postre. Ah! qué Desengaño el que ocurre tras acabar un libro, porque aun así sea bueno, queda uno con ganas de más. Sólo a veces la música tiene finales que pueden permanecer silenciosos, quizá por eso les llamen piezas musicales.

Pero ¿y en la fotografía? El silencio es justo ese momento que el fotógrafo parece ser la niña venida fuera de este mundo y que al unir sus dedos congela todo, para decidir donde disparar, y es que Minor White lo dice, “a veces trabajamos tan rápido que no entendemos lo que sucede frente a la cámara… …que el encuadre lo sentimos y la mente solo se ocupa de una correcta exposición”, es ahí donde yace uno de los silencios más importantes de la fotografía, donde el fotógrafo se revela a sí mismo mucho antes de llegar al revelador y al papel, o en su defecto a la pantalla y de igual manera al papel; y luego este precioso momento es interrumpido por ese amado sonido –que usaríamos como despertador- del obturador del diafragma y paso de cortinillas de nuestra cámara.
Existe sí, un silencio, que es un poco más antiguo, y que sucede a oscuras y entre luces rojas, es el casi olvidado y anhelado por quienes lo hemos vivido el laboratorio o cuarto oscuro para revelar. Ah! Si vuela la imaginación cuando se está ahí, y no sólo por el hecho mismo de la imaginación, sino también por lo que viene, por esa ansiedad de querer ver eso que fue tomado y que, cuando salimos a la luz, podemos escuchar el silencio de nuestra vida a diferencia de una sala de partos.
Luego en una aparente dimesionalidad aplanchada esperamos que nuestra fotografía sobreviva al tiempo y que en algún momento, alguna expresión enajene a aquel que posa sus ojos sobre ese momento que hemos inmortalizado. Entonces se manifiesta el ultimo silencio de la foto, el de la muerte y la eternidad, porque si esta última sonara a algo, nos sentiríamos un poco aturdidos como todo aquel que vio un partido del mundial surafrica 2010.

jueves, agosto 05, 2010

de las pieles, las luces, las sombras, el gusto y la fotografía

 

A mi que no me vengan con cuentos. ... sí sé retocar pieles, o bueno al menos eso creo, pero es que me gusta la textura, la luz y las sombras, me gusta el volumen y la realidad, me gusta fantasear con ella que se ve real, a cambio de  fantasear irrealidades. O si yo fuera fémina, me gustaría fantasearlo real, con curvas y volúmenes exuberantes, y bueno en otros géneros o preferencias prefiero no pensar, pero tienen la idea.
Me disgusta hasta cierto punto la irrealidad pristina porcelánica de las pieles de hoy en muchas fotografías, que desilucionan al admirador cuando encuentra al sujeto de deseo –o debiera decir objeto por la trasnofrmación-  en persona; ¿que si tengo yo argumentos para decirlo? y los tengo, cuando en mas de un evento o fotografías que por encargo me han pedido, quiero llorar al cruzarme con alguna piel u objeto de deseo, de aquellas fotos en la prensa o revistas.
Y es que las ansias de una perfección inventada por el mismo humano, que ya en el medio deja de "ser" -por no repetir y entrar en pleonasmos-. deshumanizan por completo a la persona para volverla un icono de los nuevos, vacios de plástico, llenos de un aire que los eleva y los hace levitar donde quieran que van y mucho distan de aquellos héroes o bien admirados personajes que en vez de ir sobre una nube como goku, pisaban con aplomo de “mazinger z” o “el llanero solitario” ah! que tiempos aquellos donde el medio no era tan industrializado o el camino era mas recio.
Una paleta que se vende por el placer del cuerpo, cuando el cuerpo es como la paleta y no necesita el símil tan directo, que el cuerpo c... suda (por no usar una palabra mas fuerte y cuidar a los chicos) la paleta también, así que una mujer y una paleta es un completo pleonasmo visual, y muy falto de todo sentido estético, creativo e imaginativo, por falta de metáforas andamos donde andamos, y ya escribía yo alguna vez acerca de las metáforas que empiezan sobre el papel, muchas veces mediadas por el mero lenguaje no figurativo, pero entonces ahi, en tu cabeza, cuando lees o te la dicen, tus neuronas unen los puntos que dibuja esa imagen que vez llena de sombras, de contrastes, de oscuridad y de luz, porque por lo general lo único que a mi gusto y no todas veces debe estar lleno de luz, es la comida, y poco me sirve para abrir el apetito, pero si que para provocarme.

esto no se queda así, se merece un retoque…

martes, agosto 03, 2010

Sobre la fotografía y no como Sontag

 

A parrafos cortos, encerraré y dejaré escapar ideas e imaginarios que me genera mi oficio.

1- A veces quisiera hacer una gran foto y ampliarla en un formato tan grande, tan grande, que al posarme sobre ella, sentir que me absorbe, me lleva y me congela en un sólo punto de vista. entonces me sentí indeciso sobre tener un solo punto de vista, y me dediqué a realizar fotografías panorámicas muy extensas o de 360°

2- Al decir que los encuentros entre fotógrafos pueden ser de un sesentavo y 2.8, se podría decir que son cortos y poco profundos, pero no por eso dejan de ser importantes.

3- los fotógrafos pueden vivir enamorados de los instantes y si deciden amar lapsos más largos,  quizás los veas en el cine.